martes, 29 de marzo de 2011

3 CIUDADES CHARRÚAS: BÍBORAS, ALDAO Y ESPINIYO / HISTORIA SAGRADA DEL PUEBLO QOM... ,TOMO 2, FLAVIO DALOSTTO

de Flavio Dalostto

1731-La ciudad de Bíboras.

Y en ese tiempo, vino un hombre bueno y le dijo a los charrúa: -¿No queréis morar en una ciudad, a la manera de los españoles, a fin que no os confundan en la guerra?
Y aquellos charrúa dijeron: -Si queremos.
Entonces, el hombre bueno y aquellos charrúa, fundaron una ciudad a la manera de los españoles, y le pusieron por nombre “Bíboras”, y entraron a ella, y la completaron.
Y cuando pasó el tiempo, estaba tranquila la Gente Charrúa de Bíboras.

Entonces vinieron algunas familias de criollos, hasta los charrúa, y les dijeron: -¡Nosotros somos gente pacífica, y no tenemos nada en vuestra contra! ¿Nos permitís que moremos junto a vosotros, y os demos nuestras muchachas y nos deis vuestras muchachas, y seamos Uno, como fue en Majáiq.
Y vieron los charrúa que era buena gente, y sus muchachas eran hermosas, y les dijeron: -¡Morad con nosotros, y seamos Uno!
Y los charrúa y los criollos se unieron entre sus familias, y fueron Uno, y tuvieron hijos e hijas. Y de aquí salió la Fuente del Uruguayo.

Y fue en el año 1731, después de Jesús.

Tres ciudades charrúa.

Y en ese tiempo, el Charrúa moraba, en tres ciudades, a saber:
Bíboras y Aldao y Espiniyo, sobre la Banda Este del río Uruguái. Y estaba bajo el pie de Español.

jueves, 24 de marzo de 2011

SAPIQÁN DE LOS CHARRÚA / HISTORIA SAGRADA DEL PUEBLO QOM EN EL PAÍS CHAQUEÑO, TOMO 2

de Flavio Dalostto


1573 y 1574-Guerra de los españoles contra Sapiqán rey de los charrúa.

Y en ese tiempo, andaba Sárate el español con sus barcos, explorando la Tierra, para dominar a las naciones.

Y llegó al país de Charrúa (donde era rey Sapiqán), más se quedó el Español arriba del barco.
Y le trajo mercadería comestible, Sapiqán a Sárate; más Sárate no fue respetuoso con Sapiqán, porque Español mandó secuestrar al príncipe Abayubá.

Y se enojó mucho, Sapiqán contra los españoles, y lo soltaron a Abayubá, pues tuvieron miedo.

Pero quedó enojado, Sapiqán, y le hizo guerra a los españoles.
Y murieron montones de los Hijos de España, y estaban desesperados por el hambre.
Y no aguantaron el hambre, muchos españoles, y salieron a recoger semillas en el campo; más salió Charrúa y los mató a todos.
Y en esa guerra, se destacaron Tabobá y Qaituá y Chelipó y Metilión contra los españoles. Y eran de los esforzados, toda gente charrúa.

Y salió un charrúa (y era de los valientes), caminando por el río hasta el barco donde Sárate, y le dijo a los españoles: -¡Eh, quién es vuestro campeón para pelear conmigo!
Pero un español, desde arriba del barco, lo mató de un tiro de mosquete.
Y se indignaron los charrúa, pues se dijeron: -¡No tiene Ley, esta gente!

Y estaban desesperados los españoles, y peleaban entre ellos por el cuero de los zapatos (y lo comían con muchas ganas).
Entonces, se acercó nocturnamente Yamandú rey de los guaraní, hasta donde Sárate, y le ofreció llevar mensaje de socorro al resto de los españoles, que andaban recorriendo los ríos de la Tierra.

Y se puso contento Sárate, y le dio una carta a Yamandú para Juandegarái que estaba dominando la ciudad de Santa-Fe; más Yamandú estaba convenido con Sapiqán, y éste le dijo: -Esa carta, entrégasela a Juandegarái, tardíamente, a fin de tener tiempo de matar a todos estos extranjeros. Además, Terú rey de Paraná, ya se prepara para hacerle la guerra a los santafesinos.

Y en eso, Sárate llevó su barco hasta la isla Martingarsía, y se quedó allí con los españoles que habían quedado en la vida.

Y Terú rey de los paisanos de Paraná, se preparaba para hacer la guerra a la ciudad de Santa-Fe, donde Juandegarái estaba dominando.

Y estaban convenidos, Terú contra los santafesinos, y Sapiqán contra los de Sárate, y Yamandú en medio de los dos. Y era general, la guerra contra el Español.
Y entregó Yamandú, la carta de Sárate a Juandegarái; más fue tardío, y éste sospechó, pero no dijo nada.
Y salió Juandegarái con algunos españoles, en un barco, con mucho alimento y armas peligrosas, hasta la isla Martingarsía.
Entonces, se dijo Terú: -¡Esperemos un poquito, a ver como termina este asunto!
Y pasó Juandegarái, en su barco, por la orilla de los reyes Maraqopá y Tabobá y Añaguasú, y no había nadie.
Y se dijo: -Está fea toda la situación. ¿Adónde se fue toda esta gente?
Y resulta que todos los paisanos estaban contra los de Sárate. Y éstos se morían de hambre, y se comían a sus muertos.

Y fue en ese tiempo, cuando Carbayo el español (y era de los empleados de Juandegarái) traicionó al rey Yandabayú, para robarse a su mujer Liropeya (y ésta era más hermosa que una mujer-estrella). Y lo peleó Carbayo a Yandabayú, más éste fue más, y se dispuso a matarlo. Y en ese momento, apareció Liropeya; y le dijo a su novio: -¡No mates, Yandabayú, innecesariamente; pues Qad’ta’á no quiere que mueran las personas!
Y como le rogó Liropeya, no lo mató Yandabayú a Carbayo; más como se descuidó el paisano, el español lo mató, con traición.
Entonces, se amargó Liropeya cuando vio asesinado a su novio, y abrazaba su cuerpo muerto, y lloraba mucho.
Y Carbayo quiso violar a Liropeya; más ésta tomó la espada de él, y se mató, abriéndose la panza. 
Y subió Napal’-Lta’á (el Rey de los Muertos), para llevarse las almas al Mundo-de-Abajo; más el Nogüét paró su mano, y le dijo: -A estos paisanos, tráemelos a la Ciudad del Cielo, pues son, ciertamente, santos.
Y quedó loco para siempre, ese Carballo. Y ya era un loco de la mente.

Y en ese momento, andaba Melgarejo el español, con un barco por el distrito de Santispíritu, y se juntó con Juandegarái que venía desde Santa-Fe. Y Melgarejo era su empleado.
En tanto, Yamandú había llevado una carta que escribió Juandegarái a Sárate, más lo hacía tardíamente, a fin de dar tiempo a la destrucción de los españoles.
Y Yamandú y Aguasá y Tataguasú ya estaban convenidos, secretamente,  en la guerra contra el Español.
Entonces, llegó hasta Juandegarái y Melgarejo, un barco desde la ciudad de Asunsión, con mercadería comestible.
Y cuando estaba llegando el barco de Juandegarái y Melgarejo, hasta el barco de Sárate, se fue Sapiqán con todos los reyes convenidos, para hacerles la guerra.
Y se dijo Juandegarái: -Solo se puede ganar o ser muertos.

Y como estaban desesperados los españoles, se volvieron valientes por el miedo, y pelearon.
Y fueron valientes, el Español y el Charrúa, y murieron a montones; pero los españoles fueron más, y se desparramaron los charrúa, y un resto de los españoles quedó en la vida.
Y Charrúa no pudo echar a Español.

Y fue en el año 1573 y 1574, después de Jesús.

MOSÉ Y LAS RANAS / HISTORIA SAGRADA DEL PUEBLO QOM EN EL PAÍS CHAQUEÑO, TOMO 1

de Flavio Dalostto

Mosé y las ranas.

Entonces, Qad'ta'á dijo a Mosé: -Ve y dile al Malqo "Deja ir a mi Pueblo a agradecerme en el desierto salino, o traeré sapos y ranas sobre Tiaguanaco en tanta cantidad, que el pueblo dormirá con ellas en su cama".
Y fue Mosé, y le dijo al Malqo, la palabra de Qad'ta'á; y subieron ranas y sapos sobre toda la Tierra andina, y en todas las ciudades del Malqo.
Y Sapo-Late'é (la Madre de las Ranas), las multiplicaba en el río, en el lago y en el estanque.
Y subieron las ranas y los sapos en tanta cantidad, que taparon toda la Tierra.
Y el Malqo, mandó a sus pioxonaqpí y oraloiqpí que imiten lo que hizo Mosé, pero no pudieron.
Entonces, el Malqo llamó a Mosé y Tauaquín, y les dijo: -Orad a Qad'ta'á para que quite las ranas y los sapos de Tiaguanaco, y dejaré ir a vuestro Pueblo a agradecer a Qad'ta'á, en el desierto salino.
Y le dijo Mosé: -Mañana, Qad'ta'á quitará las ranas y los sapos de la Tierra; para que sepas quién es el rey de los dioses.
Y Naraxanáq-Aló (La Mujer Serpiente) abrió sus piernas, y salieron víboras de su vagina, y se desparramaron en la Tierra. Y las víboras comieron a las ranas y los sapos del Ande, y descansó la Tierra.
Y la gente andina se escondía en sus casas, a causa de las víboras.
Pero como tuvo respiro, se endureció más el corazón del Malqo, y no torció su pensamiento. Y  prohibió la salida de los Hijos de Qom y las tribus.

miércoles, 9 de marzo de 2011

HISTORIA DEL GUAICURÚ QUE SALVÓ A SU NACIÓN EVITANDO LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS / TOMO 2 HISTORIA SAGRADA DEL PUEBLO QOM EN EL PAÍS CHAQUEÑO


por Flavio Dalostto

1678-Historia del guaicurú que salvó a su nación evitando las bebidas alcohólicas.

Y después que pasó aquello,  los españoles de Asunsión hacían la guerra contra los qompí de Campo-Redondo. Y ya estaban los qompí por destruir a aquellos españoles, y éstos no aguantaban la guerra.
Entonces, el jefe de los españoles de Asunsión (y se llamaba Abalomendosa) tuvo una idea para destruir a Qom.
Y se enteró el jefe español, que el rey de Guaicurú, tenía una hija.
Y le mandó regalos, a la hija de Qom. Y se enamoró, aquella muchachita, del jefe de los españoles.
Y se encontraban, aquella princesa y aquel extranjero, en la frontera entre Campo-Redondo y Asunsión, cerca del río Paraguái.
Y la muchachita estaba enamorada de ese español, y le dijo a su padre:
-¿Podríamos detener la guerra, y hacer la paz entre mi novio y tú?
Entonces, pensó el rey de Guaicurú, sobre la conveniencia de unir con matrimonio a dos naciones.
Y en eso, el jefe de los españoles, mandó decir al rey de Guaicurú:
-Padre: Mi corazón a tu hija. Permite que nos unamos en matrimonio, y haya alianza entre dos naciones, para dominar la Tierra conjuntamente y en mutuo beneficio.
Le pareció bien al rey guaicurú, la propuesta del español, y se fijó fecha para la boda.
Y el jefe español preparó fiesta de casamiento, e invitó a toda la Nación Guaicurú.
Y cuando se enteró Guaicurú de Campo-Redondo, se puso contento, y cantaba y bailaba de alegría.
En tanto, Abalomendosa, habló con sus capitanes de confianza, y les dijo: -Consigamos mucha comida y bebida alcohólica en abundancia para esos guaicurú, y cuando borrachos en la fiesta, los mataremos.

Y llegó el día del casamiento, y cruzaron el río Paraguái con confianza, los paisanos.
Y la princesa qom estaba hermosa y decorada. Y el jefe español se vistió elegantemente, a la manera de Guaicurú, lleno de plumas.
Y comenzó la fiesta, y se pusieron a comer, a cantar, a bailar y a beber bebidas alcohólicas en abundancia. Y de esta manera, se emborrachaban, alegremente.
Y los soldados españoles, hacían como que bebían; pero arrojaban entre las plantas.
Y hubo un guerrero guaicurú que tuvo sospecha contra los españoles, y les dijo a sus amigos: -Escuchad. Tengo sospecha. Hagamos como que bebemos, y hagámonos los borrachos; pero ni una gota de vino, sino que arrojemos entre las plantas.
Y se hicieron los borrachos, aquellos qompí, pero no habían bebido ni una gota de vino.
Y eran mil, los invitados en esa fiesta.

Entonces, cuando el jefe español, vio que los guaicurú estaban bien borrachos, dio la orden a sus soldados, y empezaron a matar a los paisanos.
Y en eso, salió el que tenían la sospecha, y les dijo a sus compañeros: -Es cierta mi sospecha. Los españoles están aprovechando la borrachera del Pueblo, y nos están asesinando.
Y esos guaicurú empezaron a alertar a los demás, y empezó a escapar la gente, torpemente,  hacia el río Paraguái.
Y el grupo sospechador, se puso a pelear contra de Español, pero los guaicurú estaban completamente borrachos. Y eran cinco, los guaicurú con la mente sana; y pelearon contra doscientos españoles, decididos a matar.
Y escaparon 500 de Guaicurú, y quedaron muertos 500.

Y fue en el año 1678, después de Jesús.

EL PROFETA ELISHEÓ-YAJNAXANAXAÍQ Y EL SITIO DE LA CIUDAD DE ELELPATÁQ / TOMO 1 HISTORIA SAGRADA DEL PUEBLO QOM EN EL PAÍS CHAQUEÑO


de Flavio Dalostto

Elisheó-Yajnaxanaxáiq y el sitio de Elelpatáq. 

Después de estas cosas, Benanadí rey de Amambái, entró con todos sus ejércitos a la provincia de Güelgoritá, y rodeó la ciudad de Elelpatáq, cabeza de Chaqosheó.
Y los qompí de Elelpatáq, se encerraron en la ciudad por muchos días, y afuera el ejército de Amambái.
Y como pasaron muchos días, los elelpataquitas estaban desesperados del hambre. Y resulta que una iguana se vendía por una casa, y dos pichones de loros por un campo. Y  todos estaban desesperados y como animales furiosos.
Y cuando pasaba por el muro, el rey de Chaqosheó, le gritó una mujer: -¡Sálvame, rey!
Pero el rey de Chaqosheó le gritó: -¿No te salva Qad’ta’á?, y ¿Te salvaré yo? ¿Qué cosa quieres conmigo?
Y le dijo la mujer: -Un asunto tengo.
Y el rey: -¿Qué pasa?
Y la mujer: -Una vecina mía, me dijo ayer “Cocinemos hoy a tu hijo, y comamos; que mañana cocinaremos al mío, y comeremos”. Y así hice, y maté a mi hijo, lo cociné, y comimos mi vecina y yo; pero hoy, cuando le dije “mata al tuyo, cocinémoslo, y comamos”, ella lo escondió, y se niega a entregarlo.
Y cuando la escuchó el rey, se indignó, y se arrancó los cabellos, y se rasguñó la cara hasta sangrar, y le dijo a sus sirvientes: -¡Me destruya Dios, si mañana la cabeza de Elisheó-Yajnaxanaxáiq sigue estando arriba de sus hombros!
Y envió a soldados qompí, a la casa de Elisheó-Yajnaxanaxáiq, para matarlo.
Y en ese mismo momento, estaba Elisheó-Yajnaxanaxáiq en su casa, conversando con un grupo de ancianos, y les dijo: -Resulta que el Hijo del Asesino manda matarme. Cerrad la puerta, y que no entre.
Y cuando los soldados golpearon la puerta de Elisheó-Yajnaxanaxáiq, se derritieron, y se convirtieron en leche. Y bajaron gatos, y la bebieron. Y salió Elisheó-Yajnaxanaxáiq con los ancianos, y mirando a los gatos, dijo: -El Nogüét ama más a los animales que a los humanos, porque aquellos no tienen inteligencia para la maldad; más el hombre es dedicado hacia el mal, desde su juventud.
Y se fue caminando hasta el palacio del rey, Elisheó-Yajnaxanaxáiq, tranquilamente. Y cuando llegó, le dijeron al rey: -El que mandaste matar, está delante de la puerta, y ningún soldado con él.
Y se asustó el rey, y lo hizo pasar a Elisheó-Yajnaxanaxáiq. Y estaban todos los príncipes elelpataquitas con él.
Y les dijo Elisheó-Yajnaxanaxáiq: -Oíd palabra de Qad’ta’á “El día de mañana, a esta misma hora, una bolsón de harina de algarroba valdrá un huevo de paloma; y un bolsón de zapallitos valdrá un huevo de tortuga”.
Y uno de los príncipes, le dijo, riéndose: -¿Será que Qad’ta’á abrirá puertas en el cielo, y caerá alimento sobre nosotros?
Y le dijo Elisheó-Yajnaxanaxáiq: -Dios abre lo que quiere, y deja caer lo que quiere; más tú no comerás de esto.
Y se fue Elisheó-Yajnaxanaxáiq, del palacio a su casa.
Y resulta que había cuatro hombres enfermos de lepra, del lado de afuera del muro de la ciudad, cerca de las puertas, y se dijeron: -¿Para qué nos quedamos entre el adentro y el afuera de la ciudad? Si adentro, morimos de hambre; si afuera nos matan los amambaítas. Más adentro, morimos seguros, pero afuera no sabemos. Tal vez los extranjeros se compadezcan de nosotros, y nos den alimento, y no nos maten.
Y se fueron caminando hasta el campamento de los amambaítas, y se extrañaron, pues no escucharon ruido ni vieron movimiento.
Y he aquí que cuando llegaron donde los de Amambái, el campamento estaba completamente vacío, y con todas sus mercaderías, provisiones, bebidas, alimentos, metales valiosos, ropa buena, toda herramienta útil, carros, caballos y burros en mucha cantidad.
Y resulta que el Nogüét había hecho escuchar, a los amambaítas, gran ruido de carros y caballos entrando al campamento por la noche; y éstos, confundidos, salieron corriendo desnudos para salvar sus vidas, y dejaron todas sus cosas, pues se dijeron: -Los Hijos de Qom traen gran ejército de ellos, más los Hijos de Luléj y los salabinos y los turugamitas y los charrúa y los minuán (todos por premio); y nos destruirán de gran manera. ¡Ea, huyamos, y salvemos la vida!
Y los cuatro leprosos que estaban en el campamento abandonado, bebieron, comieron, se vistieron, y montaron caballos fuertes; y tomando alimentos y riquezas económicas por montón, los metieron en bolsas, y los escondieron en el bosque cercano.
Y después que estuvieron recompuestos, los cuatro leprosos, se dijeron entre ellos: -No estamos haciendo bien, pues el Nogüét nos ha favorecido, y hay buena noticia para todos, y nosotros mezquinamos el regalo inmerecido de Dios, sin compartirlo con nuestros hermanos. ¡Vamos a Elelpatáq, y demos la buena noticia al rey y al Pueblo!
Y llegando a la puerta de la ciudad, gritaron a los guardias: -¡Eh, los de la ciudad, avisad al rey que hemos ido al campamento enemigo, y he aquí que está vacío de gente, y todas sus cosas y caballos intactos!
Y despertaron al rey, y le dijeron la noticia; pero éste dijo: -Ésta es trampa de los extranjeros, pues se han dicho “Escondámonos en el bosque cercano, y pensando los qompí que nos volvimos a Amambái, saldrán (pues tiene hambre la ciudad); y saliendo nosotros sobre ellos, los mataremos a todos”.
Pero le dijo uno de los príncipes: -¡Nada perdemos con averiguar si es cierta la cosa!
Y el rey: -Nada perdemos, ¿Cuántos caballos quedan vivos, y no se los ha comido nuestra gente?
Y le dijeron: cinco.
Y el rey: -Id, cinco de vosotros en esos caballos, y averiguad la verdad del asunto.
Y fueron, los cinco, hasta donde el Ororó-Lcó desagua en el Paraguái, y vieron el campamento sin ruido ni movimiento, y entraron. Y supieron que era verdad lo que habían declarado los cuatro leprosos.
Y los soldados volvieron a la ciudad de Elelpatáq, y confirmaron la noticia al rey. Y corrió aquel príncipe que se había burlado de Elisheó-Yajnaxanaxáiq hacia el campamento extranjero; pero lo supo el Pueblo hambriento, y también salió con gran desesperación, y aquel príncipe murió aplastado por la multitud.
Por que le había dicho Elisheó-Yajnaxanaxáiq, de parte de Dios “Verás, pero no comerás”.
Y toda la gente saqueó el campamento de los de Amambái. Y era tanta la cantidad de alimentos, que un bolsón de maíz se pagó con un huevo de paloma, y un bolsón de zapallitos se pagó con un huevo de tortuga; tal como había dicho Elisheó-Yajnaxanaxáiq.

miércoles, 2 de marzo de 2011

HISTORIA SAGRADA DEL PUEBLO QOM EN EL PAÍS CHAQUEÑO / TOMO 1


de Flavio Dalostto

Sobre la Pesca.

Dijo Mosé, de parte de Qad’ta’á “Del pez abundante que pesques, comerás; más del pez escaso que pesques, no comerás. Y si sacas pez juvenil, del agua; al agua lo volverás. No sea que comiéndolos, se termine su reflejo en el Agua; y su Dueño, enfurecido, te corte a ti y a toda tu familia. Y recuerda que en todo reflejo de Vida, está Qad’ta’á. Y que Él está en todas las cosas, y que sin Él, nada es.”

“Del pez grande que pesques, comerás; más si fuese su pichón, pequeño es. Aún no ha sido padre ni madre. Si lo sacas del agua, lo devolverás a ella; porque aún no ha cumplido el Camino de la Vida. No cortarás su vida, porque su Dueño cortará la tuya.”

“Y si sacas pez hembra, evidentemente preñado; lo devolverás sin dudar. Lleva adentro toda su semilla; la semilla que alimentará a tus hijos y a tus nietos. Devuélvelo al agua, prontamente; porque si muere, estás matando a tus hijos y a tus nietos; y la ira de su Nogüét, vendrá contra ti, y te matará con toda tu familia.”

“Si pescas pez, para alimento, lo matarás prontamente. ¿Para qué hacer largo su sufrimiento, si su Camino es tu estómago y el de tus hijos? Mátalo, con corte de cabeza o golpe seco; a fin de evitar un dolor innecesario en la Tierra que Dios te da. Su Nogüét está suelto, y vigila tu comportamiento; no sea que se enoje, y te ahogue a ti y a tus hijos.”

“Si pescas pez peligroso, raya o palometa, lo comerás con tus hijos y tus animales; más si no vas a comerlo, devuélvelo al agua, pues no eres Dios para juzgarlos.”

“El cangrejo pequeño no comerás, porque tiene que cumplir el Camino de la Vida. Tu hijo, cuando hombre, lo comerá. Y tus nietos, a los hijos del cangrejo, comerán. Y de esta manera, se preservará el reflejo de toda cosa que Dios fabricó en los talleres del Cielo. Pero el cangrejo grande comerás, porque ya multiplicó su reflejo, para que coman tus hijos cuando hombres.”

“La tortuga abundante del río, comerás; pero la tortuga escasa del río, no comerás. ¿No querrás que tus nietos desconozcan su existencia, y no se alimenten?”

“Cuando la tortuga, sale a Tierra, para enterrar sus huevos, no la molestarás; porque su Nogüét no dejará ese crimen sin castigo. Te herirá con gran dolor en tu casa.”

“Y si encuentras huevos de tortuga de río, tomarás la mitad de ellos para alimento; pero a la otra mitad la dejarás, cubriéndolos como estaban; y de esta manera, se asegure su existencia, y la conozcan tus nietos y se alimenten de ella. No hagas crimen innecesario contra los Hijos pequeños de Qad’ta’á. ¿No dio Él, juntamente al hombre y al animal, el disfrute de la Tierra? ¡No provoques la ira de su Nogüét, porque te acechará, hasta lastimarte!”

“Cuando atrapes tortuga para alimentación, no la hagas sufrir, haciendo largo su dolor. ¡Mátala rápidamente de un solo corte o golpe seco! ¿Para que llenar de dolor innecesario, al País de Dios?”

“Así harás con todo animal que se mueve en el agua y en la orilla del agua; aplicando con tu inteligencia, las Leyes de Dios. No sea que se desate la ira de sus Dueños y de sus Dueñas, y estas eleven su queja a Nogüét, y encontrándote culpable, ciertamente, mueras.”