lunes, 27 de febrero de 2012

DESDE EL SISTEMA DE COSAS A UN MUNDO DE SERES

por Flavio Dalostto, 
Oiquiaraxáiq

Una sociedad, bajo el Sistema de Cosas, puede mejorar económicamente, pero eso no significa que esa sociedad ha mejorado realmente. Una sociedad es mejor, no cuando se vuelve más contenta, sino cuando se vuelve más feliz. Y estar contento de vez en cuando, no significar haber hallado la felicidad. Una persona que tiene sed, toma agua y se contenta; pero eso no la convierte en una persona feliz. Lo que llamamos progreso económico, sin duda nos alivia, porque como seres demandantes que somos, nos quita algunas tensiones pero nos agrega otras que no son tan fáciles de aliviar.

Nuestra sociedad ha mejorado económicamente, al menos en comparación con otros períodos anteriores; pero ¿hemos mejorado como sociedad? ¿Nos hemos convertido en un Pueblo Feliz? Yo creo que no. Los problemas que genera el Sistema de Cosas en el ámbito de las personas humanas, no son considerados a la hora de evaluar "como anda un país", ni figuran en las estadísticas. La cantidad de gente que se siente sola, abandonada, triste, vacía, aburrida, sin-salida, angustiada va en aumento. No es casual que proliferen los ámbitos donde aturdirse mejor, donde el ruido sea tan fuerte que impide escuchar a los otros y escucharse a sí mismo. No es casualidad que millones de personas (al igual que en Matrix) creen estar participando en algo solo porque ponen "me gusta" en el Face. La droga es simplemente falta de amor o al menos de sentirse amado. El SIDA de África no es más que hambre. Entregamos nuestra debilidad a las iglesias fijas, que en vez de ayudar a fortalecernos nos convierten en sus dependientes anímicos y sus contribuyentes de dinero. El aburrimiento es una forma de muerte. La palabra "entretenimiento" me perturba, mientras los libros bostezan en las bibliotecas. La morbosidad disfrazada de "preocupación por la tragedia del Once" es una canallada. Las autoridades de todos los niveles de gobierno, de TODOS los partidos políticos, que nosotros hemos colocado donde están, no hacen su trabajo pero se inyectan dinero en los bolsillos sin que se les ruborice una célula.

Porque todo es parte del entramado del Sistema de Cosas, que debemos empezar a desmadejar. Un Sistema, venido desde la Conquista Española hasta el día de hoy. Un Sistema de Cosas para el cual somos justamente Cosas y números. Cuando vas a hacer un trámite ya no te preguntan tu nombre, sino tu número de documento. Y es porque ya no tenemos nombre. Nuestros nombres, aquellos que nuestros padres eligieron con tanto cariño no son más que un apodo sin importancia. Pero, ¡podemos cambiar esto! El Sistema de Cosas no está bien pegado, y tienen grietas y agujeros. Allí habitaremos, haremos de esos lugares insospechados nuestras trincheras. Desde allí avanzaremos, dejaremos que se cuele la Luz. Y haremos importantes todas esas cosas que la estadística arrojó a la papelera de reciclaje: El amor, la amistad, el abrazo, la gauchada, el heroísmo, el consuelo, "elporquesí", la responsabilidad, la lealtad, el compromiso, el "devolvémelo-cuando-puedas", la confianza, ¿te llevo?, ¡gracias! ¡tomá la mitad! ¡por favor! la honestidad.
El Camino de los Hijos de Qom es un Camino de regreso a las fuentes. Nuestros antepasados sabían que todo está conectado, y que no podemos hacer daño sin dañarnos a nosotros mismos. ¡Qué me importa lo que le pasa a la oreja!, dijo el Pie; porque no sabe que están ligado, que son parte de un mismo cuerpo, y lo que le hagan a Uno se lo harán a todos. El destino de la Oreja, tarde o temprano es el destino del Pie.
El Camino de los Hijos de Qom es la Religión del Respeto hacia todos los Seres (incluidos aquellos a los que se llama "cosas"), la Ciencia de la Consideración que evita todo daño innecesario y evitable, y la Conciencia que debemos ayudarnos entre todos para recuperar este Mundo que se pierde por la ambición de unos pocos y la inacción de muchos.

Ah! La foto de arriba es de mi perra Viki Mancha (Ella tiene nombre y apellido), quién jamás había tenido cría, pero cuando le acercamos los dos gatitos de tres meses que se ven en la foto, no les preguntó de que especie eran. Solo hizo lo que tenía que hacer y los amamantó con una especie de crema que le salía. Como ven, Viki camina por el Camino de los Hijos de Qom. ¿Porqué no nosotros?

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