de Flavio Dalostto
1573 y 1574-Guerra de los españoles contra Sapiqán rey de los charrúa.
Y en ese tiempo, andaba Sárate el español con sus barcos, explorando la Tierra, para dominar a las naciones.
Y llegó al país de Charrúa (donde era rey Sapiqán), más se quedó el Español arriba del barco.
Y le trajo mercadería comestible, Sapiqán a Sárate; más Sárate no fue respetuoso con Sapiqán, porque Español mandó secuestrar al príncipe Abayubá.
Y se enojó mucho, Sapiqán contra los españoles, y lo soltaron a Abayubá, pues tuvieron miedo.
Pero quedó enojado, Sapiqán, y le hizo guerra a los españoles.
Y murieron montones de los Hijos de España, y estaban desesperados por el hambre.
Y no aguantaron el hambre, muchos españoles, y salieron a recoger semillas en el campo; más salió Charrúa y los mató a todos.
Y en esa guerra, se destacaron Tabobá y Qaituá y Chelipó y Metilión contra los españoles. Y eran de los esforzados, toda gente charrúa.
Y salió un charrúa (y era de los valientes), caminando por el río hasta el barco donde Sárate, y le dijo a los españoles: -¡Eh, quién es vuestro campeón para pelear conmigo!
Pero un español, desde arriba del barco, lo mató de un tiro de mosquete.
Y se indignaron los charrúa, pues se dijeron: -¡No tiene Ley, esta gente!
Y estaban desesperados los españoles, y peleaban entre ellos por el cuero de los zapatos (y lo comían con muchas ganas).
Entonces, se acercó nocturnamente Yamandú rey de los guaraní, hasta donde Sárate, y le ofreció llevar mensaje de socorro al resto de los españoles, que andaban recorriendo los ríos de la Tierra.
Y se puso contento Sárate, y le dio una carta a Yamandú para Juandegarái que estaba dominando la ciudad de Santa-Fe; más Yamandú estaba convenido con Sapiqán, y éste le dijo: -Esa carta, entrégasela a Juandegarái, tardíamente, a fin de tener tiempo de matar a todos estos extranjeros. Además, Terú rey de Paraná, ya se prepara para hacerle la guerra a los santafesinos.
Y en eso, Sárate llevó su barco hasta la isla Martingarsía, y se quedó allí con los españoles que habían quedado en la vida.
Y Terú rey de los paisanos de Paraná, se preparaba para hacer la guerra a la ciudad de Santa-Fe, donde Juandegarái estaba dominando.
Y estaban convenidos, Terú contra los santafesinos, y Sapiqán contra los de Sárate, y Yamandú en medio de los dos. Y era general, la guerra contra el Español.
Y entregó Yamandú, la carta de Sárate a Juandegarái; más fue tardío, y éste sospechó, pero no dijo nada.
Y salió Juandegarái con algunos españoles, en un barco, con mucho alimento y armas peligrosas, hasta la isla Martingarsía.
Entonces, se dijo Terú: -¡Esperemos un poquito, a ver como termina este asunto!
Y pasó Juandegarái, en su barco, por la orilla de los reyes Maraqopá y Tabobá y Añaguasú, y no había nadie.
Y se dijo: -Está fea toda la situación. ¿Adónde se fue toda esta gente?
Y resulta que todos los paisanos estaban contra los de Sárate. Y éstos se morían de hambre, y se comían a sus muertos.
Y fue en ese tiempo, cuando Carbayo el español (y era de los empleados de Juandegarái) traicionó al rey Yandabayú, para robarse a su mujer Liropeya (y ésta era más hermosa que una mujer-estrella). Y lo peleó Carbayo a Yandabayú, más éste fue más, y se dispuso a matarlo. Y en ese momento, apareció Liropeya; y le dijo a su novio: -¡No mates, Yandabayú, innecesariamente; pues Qad’ta’á no quiere que mueran las personas!
Y como le rogó Liropeya, no lo mató Yandabayú a Carbayo; más como se descuidó el paisano, el español lo mató, con traición.
Entonces, se amargó Liropeya cuando vio asesinado a su novio, y abrazaba su cuerpo muerto, y lloraba mucho.
Y Carbayo quiso violar a Liropeya; más ésta tomó la espada de él, y se mató, abriéndose la panza.
Y subió Napal’-Lta’á (el Rey de los Muertos), para llevarse las almas al Mundo-de-Abajo; más el Nogüét paró su mano, y le dijo: -A estos paisanos, tráemelos a la Ciudad del Cielo, pues son, ciertamente, santos.
Y quedó loco para siempre, ese Carballo. Y ya era un loco de la mente.
Y en ese momento, andaba Melgarejo el español, con un barco por el distrito de Santispíritu, y se juntó con Juandegarái que venía desde Santa-Fe. Y Melgarejo era su empleado.
En tanto, Yamandú había llevado una carta que escribió Juandegarái a Sárate, más lo hacía tardíamente, a fin de dar tiempo a la destrucción de los españoles.
Y Yamandú y Aguasá y Tataguasú ya estaban convenidos, secretamente, en la guerra contra el Español.
Entonces, llegó hasta Juandegarái y Melgarejo, un barco desde la ciudad de Asunsión, con mercadería comestible.
Y cuando estaba llegando el barco de Juandegarái y Melgarejo, hasta el barco de Sárate, se fue Sapiqán con todos los reyes convenidos, para hacerles la guerra.
Y se dijo Juandegarái: -Solo se puede ganar o ser muertos.
Y como estaban desesperados los españoles, se volvieron valientes por el miedo, y pelearon.
Y fueron valientes, el Español y el Charrúa, y murieron a montones; pero los españoles fueron más, y se desparramaron los charrúa, y un resto de los españoles quedó en la vida.
Y Charrúa no pudo echar a Español.
Y fue en el año 1573 y 1574, después de Jesús.
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