domingo, 27 de febrero de 2011

JESÚS-MESÍ Y JAPAGXANATXÁM, HIJOS DE QOM


Fragmento del Tomo 2 de Historia Sagrada del Pueblo Qom en el País Chaqueño / Flavio Dalostto

Y la mayor parte de Qom y las tribus asociadas, no cumplían con la Ley del Nogüét, el reglamento que encamina a una Vida Buena; sino que se iban tras dioses extranjeros que son nada, y entregaban sus corazones a los payaqpí, los empleados de Satanáj, el Gran Mentiroso.  Y el Pioxonáq se alió con el Dannannxáiq y con el Qonnannxáiq y con el Oralóiq. Y juntos, engañaron al Pueblo, poniéndose al servicio de la Gran Oscuridad. E hicieron errar a Qom y a las tribus asociadas, gravemente, llenándolos de confusión y de dolor.

Pero hubo Hijos de Qom y de las tribus, que permanecieron fieles al Nogüét. Y quedaron leales al Pacto que Qad’ta’á hizo con Patagón, con Qom y con Mosé, de que si eran de los fieles, heredarían una Tierra Nueva, que jamás escuchó palabra insultante ni vio acción dañadora; donde la Maldad, el Rencor, la Tristeza y la Enfermedad no serían admitidas en el Lugar. Y aquellos qompí y pioxonaqpí y resto de chaqueños, formaron el Partido de los Devotos-de-Qad’ta’á, y permanecían con su corazón unido al corazón de Dios. Y fueron perseguidos por los jeroditas y por los falsos pioxonaqpí, que los buscaban para matarlos. Y muchos debieron huir al bosque profundo, y vivían entre los animales; pero los nogüetpí los alimentaban y mantenían.

Y los Devotos-de-Qad’ta’á seguían la Ley del Nogüét, la Ley-Que-Es; porque solo ésta encamina el corazón humano por caminos de justicia y libertad. Y esperaban la llegada de un Mesí, un rey fuerte que derrumbe el Sistema de Cosas, y restaure al País Chaqueño. Y ese Mesí sería llamado Crus-Lta’á (el Padre de la Cruz), y sería un Marcado por Dios, con tatuaje de rey en su corazón; porque Qad’ta’á hace lo que quiere.

Y los profetas del Tiempo Antiguo, habían profetizado que el Mesí nacería en la ciudad de Belem-Nosaxá, en la orilla Sur del río Bermejo. Y también habían profetizado que antes que viniese el Mesí, vendría el Amigo-del-Mesí, aquel que carpiría el Alma de Qom y el Alma Chaqueña, para que el Pueblo se disponga amablemente a amigarse con El-Fabricador-de-Todo. Y ambos, el Mesí y el Amigo-del-Mesí, serían fabricados, en sus adentros, por dos mujeres vírgenes, sin participación de varón, en una situación de maravilla.

Y nació el Amigo-del-Mesí, que se llamó Japagxanatxám, y su madre se llamó Eli-Yabé. Y nació el Mesí, que se llamó Jesús, y su madre se llamó Marilichiá (también llamada Chiisí-Late’é, la Madre del Planeta Venus). Y ambas, los tuvieron, siendo vírgenes, pues Dios hace lo que quiere.
Y Jesús y Japagxanatxám, cuando hombres, fueron de los fieles, y pioxonáq de Qad’ta’á. E hicieron milagros sobre la Tierra Chaqueña, y trajeron la palabra del Nogüét, para convencer a Qom, a Chaco y a la humanidad, de la conveniencia de regresar a la Amistad con Dios.

Y Jesús, ciertamente, curó a los enfermos, hizo caminar al paralítico, limpió a los leprosos, dio ojos al ciego, dio oídos al sordo, dio palabra al mudo, consoló a los tristes, expulsó demonios y dio vida a los muertos. Y trajo la Palabra Buena de Qad’ta’á para los qompí y para todas las tribus de la Tierra. Y a todos los hizo hijos de Patagón. Y de esta manera, se cumplió la promesa del Nogüét a Patagón, de que en él serían favorecidas todas las familias humanas.

Pero la iglesia de Sadú y la iglesia de Far, y el Pioxonáq por sueldo, y el Dannannxáiq y el Qonnannxáiq y el Oralóiq, vieron perjudicados sus negocios que negociaban con el dolor y la necesidad insatisfecha de la gente chaqueña. Y se alteró también, el rey Jerodí y el rey de Chabín su patrón; porque temían que Jesús les arrebatase el taburete real. Y todos los nombrados, ciertamente, eran enemigos de Jesús y de Japagxanatxám, porque éstos los molestaban. Y los malvados buscaron la muerte de los Santos de Dios.

Y a Japagxanatxám, Jerodí le hizo cortar la cabeza. Y a Jesús mandó clavarlo a un árbol y ponerle un sombrero de espinas, hasta que murió.

Pero, forcejearon con Napal’-Lta’á, las almas de Japagxanatxám y de Jesús, y se resistieron a bajar al País de los Muertos. Y durante tres días pelearon las almas de los santos de Dios, contra del Rey de los Muertos, y éste no aguantó, y las soltó.

Y el corazón de Japagxanatxám y el corazón de Jesús, volvieron a latir. Y el cuerpo de Japagxanatxám buscó su cabeza y se la colocó sobre los hombros. Y la Madre-de-las-Arañas, mandó 222 arañitas para coser la cabeza en el cuerpo de Japagxanatxám. Y toda la gente los vio vivos y caminando sobre la Tierra. Y se admiraban, diciendo: Dios camina entre nosotros.
Y después de esto, bajó un carro de fuego sobre la Tierra. Y Jesús y Japagxanatxám, subieron sobre él, y viajaron a la Ciudad de Cielo, donde moran hasta hoy. Pero el resto de los milagros y peripecias de Jesús y de japagxanatxám, en el País Chaqueño, ¿no están escritos en el "Libro de Japagxanatxám el Bautizador", y en el "Libro de Jesús Leq", y en el "Libro de Jesús Noxotoléq"?

Y después que Jesús y Japagxanatxám, subieron a la ciudad del Cielo, sus alumnos empezaron a recorrer los distritos chaqueños predicando a todos, las palabras de ellos; porque eran de los fieles. Y muchos se hicieron seguidores de Jesús y de Japagxanatxám, los Santos de Dios, en todos los distritos de Chaqo y de Am-Eríq.

Y los alumnos de Jesús y de Japagxanatxám, molestaban el negocio de los reyes y de los que se mantenían por el engaño que hacían a Qom, al Chaqo y al resto de los americanos; porque los dos profetas hacían que la Gente ponga su Fe en el Nogüét, que a nadie cobra pero da, inmerecidamente, a todos; porque Qad’ta’á es, ciertamente, “el-generoso”.

Y los alumnos de Jesús y de Japagxanatxám, decían que el Nogüét es Amor; y que Amor es más que espada y riqueza económica. Y decían que el Señor de la Muerte, había sido vencido por los Santos de Dios. Y también decían que Qad’ta’á ama a toda alma viviente; porque en todas está Él, y sin Él, son nada.

Y el rey de Chabín los persiguió en todos sus distritos. Y los mandó poner presos y lastimarlos y matarlos; pero los alumnos de Jesús y de Japagxanatxám, se hacían muchos, porque la Palabra del Nogüét había entrado en los corazones del enfermo, del triste, del malo y del confundido. Y morían cantando, porque la Fuerza de Nogüét los llenaba, y ya eran como dioses.

Y los alumnos del Nogüét, se multiplicaron por toda la Tierra, y no hacían distingo por mujer, varón, raza, idioma o distrito, entre sus afiliados. Y todos se tenían por hermanos iguales, y buscaban su bienestar mutuamente. Y nada faltaba, porque nada sobraba.

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